viernes, 14 de agosto de 2009

Mendoza
Renunciaron los responsables de capacitar en educación sexual Son los profesionales nucleados en el CEPAS, creadores de los manuales y estrategias pedagógicas para dictar los talleres. Dicen que se desvincularon por las demoras en la implementación.09-08-2009
Carina Pérezcperez@diariouno.net.ar
Los responsables de capacitar a los docentes en materia de educación sexual presentaron su renuncia ante la Dirección General de Escuelas por diferencias calificadas por ellos mismos de “insalvables” a la hora de implementar la materia frente a los chicos.El CEPAS (Centro de Educación, Pareja y Asistencia a la Sexualidad), que desde hace más de 15 años investiga y produce textos para formar a los formadores de los alumnos, se fue tras esperar varios meses que la DGE impulsara la continuidad del proyecto.La novedad se dio a conocer oficialmente este fin de semana a través de un comunicado firmado por el equipo del CEPAS en el cual explica los motivos de su desvinculación y defiende la visión integral sobre la educación sexual, tal cual lo consagra la Ley Nacional 26.150.Entre las causas indicadas se cuentan: las demoras en la capacitación de los docentes primarios de 5º, 6º y 7º a pesar de que el material presentado para trabajar con los alumnos ya estaba listo, la falta de pago de los profesionales que dictaban los talleres, los cuestionamientos nunca bien aclarados por las autoridades escolares al manual que el CEPAS había escrito sobre el tema y que incluyen respuestas claves sobre cuál es la edad adecuada para el inicio sexual, el uso del preservativo como método seguro de prevención de infecciones de transmisión sexual o la inclusión de la perspectiva de género y la diversidad sexual.Si bien el alejamiento transcendió a última hora del viernes, hacía tiempo que existía una soterrada discusión con las autoridades del programa de Educación Sexual Integral encabezadas por Marita De Pedro.El debate estaría centrado en la inclusión de miembros de la Iglesia en la reformulación de los materiales destinados a los docentes, pero ninguno de los responsables de la DGE y del CEPAS lo admite en voz alta.De ser así, quedaría por preguntarse si el Gobierno garantizará su obligación de ofrecer una educación laica en las escuelas públicas.Diario UNO ayer intentó conversar con algunos de los funcionarios de la DGE, pero tenían su celular apagado.Hasta el momento, la DGE ha defendido lo actuado en cuanto a la educación sexual basada en la resolución C17, por la cual se indica a los directores que deben dar los cursos antes de terminar el año.Sin embargo, desde el gremio SUTE señalan que los docentes aún no han sido liberados de sus funciones para dar los talleres ni tampoco se les paga el tiempo que ocupan cuando deben darlos en otros horarios.Alejandrina Román de Giro, jefa del equipo del CEPAS, dijo a este diario el miércoles pasado que el último encuentro en la DGE fue “ muy duro”, que necesitaba algunos días para “pensar sobre lo sucedido porque se trataba de un proyecto muy importante para mí y ahora se ve frustrado”.Y pidió que se respetara su silencio, ya que comunicaría la renuncia mediante el envío de una gacetilla.



Sin novedades. Las escuelas primarias difícilmente puedan abordar la educación sexual este año.

domingo, 9 de agosto de 2009

La crisis de escuelas y hospitales emerge debido a la pandemia
Si hay miseria, que no se note
La pandemia de gripe A ha provocado entre sus víctimas una muy especial, la ingeniería del ocultamiento construida durante años por la dirigencia argentina y el sistema mismo. Todos sabemos que la salud y la educación constituyen una deuda interna en nuestra nación cuya resolución es permanentemente postergada. Pero la epidemia hizo emerger con violencia el rostro monstruoso de la miseria con la que convivimos todos los días y que parece naturalizada por nosotros como algo imposible de remediar. Acaba de aparecer con toda su fuerza una realidad más que obvia: el sistema de salud, con hospitales deteriorados y manejado por las corporaciones de la enfermedad, las prestatarias y los laboratorios, no puede hacer frente a una emergencia. Sólo el valor humano de los médicos y enfermeros estatales está logrando sacar adelante la situación a fuerza de voluntad.
A su vez, las escuelas cargan sobre sí todas las deficiencias que los trabajadores de la educación denunciamos habitualmente. Sin embargo, parte de la sociedad ignora que las cooperadoras se encargan de sostener su funcionamiento, incluso respecto a los materiales de limpieza que generalmente resultan escasos.
Toda la dirigencia, no sólo la política, y también los medios de comunicación se encargaron de mantener oculto el avance del problema sanitario hasta que finalizaran las elecciones. Una semana después las conducciones de los sindicatos docentes pedían la suspensión inmediata de las clases. Hasta fines de junio no se había pronunciado una palabra al respecto.
En medio de este panorama las escuelas no pueden garantizar mínimamente la sanidad cuando ni siquiera tienen lavandina suficiente y los hospitales no pueden atender una emergencia cuando ni siquiera pueden sostener la situación fuera de la emergencia. Sin embargo la irresponsabilidad de la dirigencia política es de tal magnitud que, frente a una epidemia excepcional que podría tener un rebrote hacia fines de agosto, se plantea cómo recuperar las “dos semanas perdidas” como si se tratase de un viaje de egresados.
Algo debe quedar absolutamente claro: Argentina es un país rico y desigual que produce alimentos para más de 300 millones de personas y tiene a la mayoría de los sectores populares subalimentados o desnutridos.
La pregunta central es, ¿cómo se distribuye la riqueza en Argentina? Y no hablamos de parches como la dádiva de 150 pesos otorgada por el kirchnerismo, como tampoco del gran logro del salario mínimo de 1500 pesos que tanto satisface a la CGT y a la CTA. ¿Qué familia puede vivir dignamente con ese ingreso? ¿O se trata de que también hemos aceptado como natural que la única forma de cubrir la canasta de 4500 pesos es con la suma de los salarios de varios miembros de la familia?
Así como la riqueza sigue siendo de los capitalistas y la pobreza de los trabajadores, los ingresos de la Nación siguen yendo a la maquinaria política, a los subsidios a privatizadas y a empresas que suspenden obreros y a la educación privada, entre otros destinos. Jamás a escuelas y hospitales.
Es hora de que los trabajadores nos planteemos qué hacer además de votar cada dos años y volvernos a nuestra casa. La copa de la riqueza derrama hace ya tiempo y el pueblo sigue sediento. ¿Hay expectativas en que la clase dirigente resigne parte de sus ganancias? Es hora de plantearse una organización de los trabajadores para la consecución de nuestros propios intereses.
Porque con el virus en experimentación seguramente habrá en meses una vacuna que resuelva esta epidemia en particular y se deberá pulsear con los intereses privados para asegurar la producción estatal y la vacunación gratuita de los sectores populares. Pero los efectos de la concentración de la riqueza por las minorías seguirán mostrando su reverso de miseria en hospitales y escuelas. Y entonces continuará la desnutrición y las pésimas condiciones de vida que constituyen la base de la tuberculosis, el dengue, el mal de Chagas y la limitación intelectual que la subalimentación produce en muchos de nuestros alumnos. ¿Hasta cuándo?
La vuelta a clases nos encuentra desorganizados. Sólo las asambleas de escuela, que debatan el estado de situación sanitaria en los establecimientos y exijan a los Consejos Escolares todos aquellos elementos indispensables para no propagar la enfermedad, pueden enfrentar la situación que la dirigencia elude.
T.E.S.C.O
Trabajadores de la Educación
por un Sindicalismo Combativo (La Púrpura)
eltesco@yahoo.com.ar agosto de 2009
Por un estado Laico y una ciudadanía plena

Quiénes integramos el colectivo de Apostasía en Argentina, repudiamos las declaraciones públicas de Héctor Aguer (Arzobispo de La Plata).Sostenemos que ni la Iglesia Católica ni ninguna otra expresión religiosa deben tener incidencia alguna en cuestiones seculares, de gobierno y de bien común que sean materia de competencia de los órganos del Estado.Extender a toda la comunidad convicciones confesionales, pretendiendo hacerlas obligatorias para el conjunto, es enteramente autoritario y retrogrado, ajeno a la ley y claramente inconstitucional. Atenta contra la libertad de pensamiento y de acción, respecto de cuestiones que son de exclusivo resorte de la decisión individual por un lado (Art. 19 de la CN) y también contra la decisión de cumplir funciones básicas por parte del Estado, a través del gobierno electo por el pueblo, referidas a la educación y a la salud pública.No es función del Estado inculcar ninguna convicción confesional, por lo que la imputación de "ateo" que hace la Iglesia Católica al manual que se critica es por entero intrascendente para su descalificación.En cuanto a considerarlo "marxista", no solo pone en evidencia un supino desconocimiento, sino que a la vez y en todo caso, vuelve a incurrir en discriminación política que está reñida con principios básicos de nuestra Constitución Nacional, ya que ésta prohíbe cualquier tipo de discriminación, y aboga por la completa libertad en el debate de todas las ideas.Estas expresiones de Héctor Aguer vuelven a poner en el centro de la escena del debate, la necesidad de separar de una vez por todas a la Iglesia Católica, como a cualquier otro tipo de expresión religiosa, del Estado.Así mismo nos manifestamos a favor de la necesidad y la urgencia de trabajar por lo tres ejes propuestos para la implementación de la Ley Nacional de Educación Sexual: "la integralidad de la sexualidad humana, la perspectiva de derechos humanos y el cuidado de la salud". Señalamos –además- que dicha Ley es producto de los compromisos internacionales que Argentina ha pactado con otros países integrantes de la ONU y las respectivas agencias que trabajan en educación, género y salud. En la actualidad y a nivel internacional, los derechos sexuales y reproductivos son reconocidos como derechos humanos; por tanto impedir que se difunda información y se eduque para el ejercicio de una sexualidad responsable, saludable y libre de culpas religiosas, es una violación de los derechos humanos.Consideramos una educación para el amor es -sin discusión- una educación para una sexualidad responsable, respetuosa y por sobre todo, libre.-
Apostasía Colectiva en Argentina