Es la
pregunta que muchos nos hacemos cuando nos encontramos con los compañeros en el
súper, en las librerías comprando los útiles para nuestros hijos o en las mismas
escuelas, como les pasa a l@s compañer@s de media y CENS que ya se reintegraron.
Las
informaciones conocidas hasta el momento son preocupantes. Llevamos un tercio
del mes de febrero y la CTERA
lo único que plantea es un salario inicial de $3000 y recién esta semana se
empezaría a reunir con el gobierno. El SUTE por su parte espera pasivamente una
resolución a escala nacional.
La
preocupación no solo tiene que ver con el atraso, sino también con el monto
exigido. Si consideramos que la canasta familiar según distintos estudios
asciende a valores que oscilan entre los $4500 y $5500, el monto exigido por la
CTERA es irrisorio y obliga a las/os compañeras/os a
sobreexigirse psíquica y físicamente con jornadas laborales extensísimas como
es el caso de aquellos que trabajan doble turno (45 horas semanales con solo 1
hora entre cada escuela), en la doble escolaridad, con 36 horas distribuidas en
varias escuelas, o teniendo otro trabajo o alguna changa como pasa con la
mayoría de las/os compañeras/os celadoras/es. Las conducciones celestes del
SUTE y la CTERA
vienen tratando de instalar y naturalizar que solo se llega a la canasta básica
en estas condiciones.
Hasta ahora,
la única provincia que cerró fue Neuquén y el incremento fue de sólo un 18% con
la promesa de volver a negociar hacia mitad de año. Nos da toda la impresión de que la famosa “sintonía fina” esta vinculada al grosor de nuestra billetera al
llegar a fin de mes.
¿Y el SUTE?
En el
plenario de memoria y balance de fin de año, la conducción del SUTE terminó de
plasmar en lo organizativo un proyecto sindical burocrático y cada vez menos
participativo. Con la reforma del estatuto sindical aprobada en ese plenario,
desaparece el plenario provincial de delegad@s de base elegidos en las escuelas
y se establecen mecanismos de representación indirectos que facilitaN el control
centralizado por parte de la conducción sindical. Esta reforma la debemos
interpretar en términos políticos y tiene que ver con la necesidad imperiosa de
poner al sindicato a total disposición del proyecto político kirchnerista. Porque plenarios que expresen el sentir y las posiciones de los compañeros en las
escuelas, sin ningún tipo de mediaciones, resultan inconvenientes en función del
proyecto que se plantea.
En
definitiva, poco podemos esperar de una conducción del SUTE totalmente aliada
al gobierno de Paco Pérez.
¿Qué se puede hacer?
En principio,
empezar a abrir el debate en cada escuela y encarar un proceso de organización
a su interior. Esto implica, elegir delegad@, afiliarse, empezar a preocuparse
por la situación gremial y política y acompañar y controlar a los compañeros
que ejercen nuestra representación.
$4500 DE SALARIO INICIAL PARA EL CARGO TESTIGO Y
CELADOR@S.
AUMENTO NO MENOR AL 30%
ASAMBLEAS EN LOS LUGARES DE TRABAJO PARA DECIDIR LA
MEJOR FORMA DE ORGANIZARSE.