viernes, 31 de julio de 2009

Rompamos las cadenas de los niños yunteros!
Jazmín Jiménez
PTS Mendoza
“Contar sus años no sabe, y ya sabe que el sudor es una corona grave de sal para el labrador.”1
Comenzaba Noviembre del 2007, en Mendoza nos conmocionaba la brutal represión que el gobierno de Cobos les dejaba como regalo de despedida a nuestros compañeros: los ajeros. Miles marchamos por las calles mendocinas a su lado y desde ese momento nos enorgullecemos por haber compartido con ellos su heroica lucha. Cuando uno llega a las puertas de Campo Grande puede ver como salen niños que han estado trabajando a la par de sus padres durante 12 horas. Los mismos trabajadores cuentan que hay muchos pequeños en los galpones empacando y en los campos cortando ajos, inclusive narran que muchos de ellos han trabajado desde niños en este sector. Silvina trabajadora del ajo nos contaba “La compañera boliviana que iba con su hijo recién nacido en un morral en su espalda o lo dejaba con mantitas en una caja de plástico, simulando un moisés. Y las chicas y chicos de la misma familia, de alrededor de 14 años, que no pudieron registrar en la última inspección por no tener documentos, trabajan, producen, son menores ¡y son invisibles!”2 A nuestra mente llega aquel estremecedor poema que Miguel Hernández, el gran poeta español asesinado por el franquismo, les escribió a los niños que labraban la tierra en su país…
La revista empresaria mendocina “Entorno Económico” publicó en su Ranking de Exportadores los montos que “Campo Grande” exportó en el 2006: 11,53 Millones de Dólares, casi 8 millones de dólares más que en el 20053. Esto sin contar los que gana abasteciendo el mercado interno. Pero ésta no es la única empresa que genera extraordinarias ganancias a costa de, entre otras cosas4, el trabajo infantil; esto se repite no sólo en el resto de los galpones en donde trenzan ristras de ajo o empacan, sino también en la cosecha de la uva, de la aceituna, en los campos sojeros, arman ladrillos, recolectan huevos, son banderilleros, etc. Pero también limpian vidrios en las esquinas de las ciudades, cuidan autos de noche, venden flores, seleccionan en los basurales el material que luego venderán en la chacarita o limpian casas ajenas para ayudar a sus familias, etc.
El 11 de febrero de este año escribíamos en la página web del PTS que “…las patronales, más aún de sectores claves como son hoy los ligados a la exportación, están profundamente unidos al poder político que los representa. Sin embargo, la visita de los ajeros a la Legislatura, fue más ilustrativa aún sobre la relación entre la economía y política de Mendoza. Cuando se acercó el Legislador Ruso y les explicó que él ‘conoce a fondo la situación de los ajeros’, porque tiene chacras y… ‘cuando llega la temporada de corte, todos saben que los niños trabajan, no se puede ir contra esto porque es la forma en que estas familias tienen de ganar unos pesos más, trabajan con sus padres, ¿Qué se puede hacer con esto?’ A confesión de partes relevo de pruebas.”5
Durante esos días visitaba la provincia “la Viceministro de Trabajo del Gobierno Nacional Noemí Rial, altos representantes de los Gobiernos de Mendoza, San Juan y La Rioja, firmaron un convenio con las asociaciones empresarias y sindicatos de la rama Vitivinícola para ‘dignificar las condiciones laborales de los trabajadores del sector y eliminar progresivamente el trabajo en negro y el infantil’... Esto se logrará con el compromiso de los empresarios de aplicar lo que llaman la ‘Responsabilidad Social Empresaria’, es decir, que tomarán en sus propias manos la tarea de deshacer las miserias que ellos mismos generan. ¡Qué responsable y social suena esto! Los Adrián Sánchez6 y demás explotadores de niños serán los encargados de dejar de explotarlos ‘progresivamente’… El Subsecretario de Trabajo mendocino a fines del mes de enero decía a través de los medios: ‘Llevamos casi 6 ó 7 inspecciones en lo que va del mes en zonas rurales. Generalmente se encuentran niños de 6 a 12 años’7. Estas inspecciones son tan testimoniales como su cantidad, se sientan actas para archivarse y ‘encomiendan a la virgen que se consiga algo’, tal como lo hiciera el jefe de Inspectores de la Subsecretaría en el operativo que realizaron en Campo Grande. No existe un plan de Estado controlado por delegados obreros y organismos de derechos humanos independientes del gobierno, que realicen verdaderas inspecciones que inhabiliten los establecimientos donde se explota sistemáticamente a menores de 14 años. Mucho menos se castiga penalmente a los empresarios como Sánchez que son comprobados explotadores de niños…”8
Según un estudio realizado en 2006 por la ONG de origen sueco Save the Children, el índice de menores argentinos que debe trabajar creció seis veces en ocho años. Es decir: en 1998 el problema alcanzaba a 250 mil niños, mientras que en el 2006 esa cantidad llegaba a un millón y medio. Según la CTERA la cantidad de niños y niñas de entre 5 y 14 años que realiza alguna actividad laboral ayudando al sostén del hogar asciende a 2 millones, y si bien la mayoría asiste a la escuela, están en riesgo de exclusión educativa.9 Pero el panorama es aún más preocupante si se tiene en cuenta que un 7% de los niños argentinos de 5 a 13 años desempeña algún trabajo, que puede ser más o menos forzoso.10 En Mendoza el 40 por ciento de los adolescentes que trabaja ha sido excluido del sistema educativo. De hecho, el 20% de los chicos que trabaja tiene inasistencias reiteradas a la escuela y otro 20% llega tarde frecuentemente. Además un tercio de los chicos repitió al menos una vez de grado, mientras que casi la mitad de los adolescentes deben recursar al menos una vez algún año.11
En octubre de 2006 nos enterábamos, que en Santa Fe se usaban menores como “banderilleros” para la fumigación con agroquímicos12. En las fumigaciones niños de 12 o 13 años sostienen las señales. Cuando el avión comienza a volar sobre el campo, el chico se pone donde termina la línea de cultivo para indicarle al fumigador el lugar donde tiene que doblar.13 En medio del conflicto entre el gobierno y el campo vuelve a salir a la luz esta aberrante situación, en un año y medio el gobierno, que se llena la boca hablando de los derechos humanos, del derecho a la educación, etc., no hizo nada para que esto no continuara sucediendo.
En abril de este año también nos enteramos que en Capilla del Señor, se encontraban trabajando, en una granja de cría de gallinas para huevos, de la empresa avícola Nuestra Huella S.A.14, en condiciones infrahumanas, niños de entre 5 a 10 años. El relato es escalofriante, condiciones extremadamente insalubres, cercos electrificados para que no puedan salir de la granja, imposibilidad de estudiar, etc. A pesar de que, en ese momento, se hizo la denuncia de que habrían “20 granjas” de la firma, en las que trabajarían 200 familias bolivianas en condiciones similares, pasaron 4 meses para que nuevamente saliera a luz que esto continuaba pasando, no en otra empresa sino en la misma que había sido ya denunciada.15 Esto continua sucediendo, entre otras cosas, gracias a la ley 22.248 de la dictadura del Régimen Nacional de Trabajo Agrario, sancionado en 1980 con las firmas de Videla, Harguindeguy y Martínez de Hoz, que no fija límites para el trabajo diario en el campo, ley que hoy sigue vigente para legalizar la cuasi esclavitud de los más de 1.300.000 trabajadores rurales, de los cuales el 70% trabaja en negro. Una ley que fue avalada por las entidades del campo, que votaron en contra de la jornada de ocho horas y favor del trabajo “de sol a sol”. El gobierno de los Kirchner condena a un puñado de genocidas, pero mantiene las leyes de estos que atacan a los trabajadores y a sus hijos. Esto es una muestra más de que la pelea entre el gobierno nacional y las entidades patronales del campo es una disputa entre dos sectores capitalistas que defienden intereses que nada tienen que ver con los trabajadores. Por ello es necesario que los trabajadores de la educación y nuestras organizaciones sindicales levantemos una política independiente de ambos sectores patronales, empezando por unir nuestras fuerzas y nuestros reclamos con los trabajadores rurales y otros sectores populares para luchar por nuestras reivindicaciones.
En Argentina el 50 % de los niños y niñas menores de 18 años viven en hogares pobres o indigentes y por ello tienen negado el pleno ejercicio de sus derechos. “El de no trabajar y el de la educación son dos de ellos”. Por todo esto, cuando el gobierno nos habla de que la educación es “la base para una sociedad más justa” no es más que una grosera burla. El mismo gobierno que ha garantizado ganancias extraordinarias a los grandes grupos capitalistas. El mismo gobierno que garantiza la desocupación, la precariedad laboral, que mantiene las leyes de la dictadura, que permite que miles de chicos trabajen a lo largo y ancho del país. Ese mismo gobierno envía a nuestras escuelas su doble discurso a través de la revista “El Monitor”, del Ministerio de Educación de la Nación, en donde nos dice a los docentes: “ …que es posible romper el círculo perverso que se establece entre el hecho de nacer en el seno de una familia pobre, asistir a una escuela pobre, obtener bajos resultados escolares, acceder a empleos precarios de bajos salarios y formar otra familia pobre. La escuela -en especial la escuela pública- puede y debe romper ese círculo. Para eso debemos trabajar juntos, asumiendo todos nuestra cuota de responsabilidad por los resultados…”16 como si esto fuera poco, más adelante sigue “…Y, por encima de todo, quisiera hacer un llamado a nuestros maestros y maestras, profesores y profesoras, para que aprovechen esta nueva oportunidad que tenemos, a fin de convertir nuestra tarea en una parte fundamental de la construcción de una sociedad justa… Quisiera que tuviéramos en cuenta que, cuando uno de nuestros alumnos fracasa en los aprendizajes básicos, muy probablemente lo estemos condenando a la pobreza y a la exclusión social. A la inversa, cuando logramos aprendizajes exitosos, estamos construyendo un sujeto, una persona con capacidad de definir su vida, protagonista de su destino y del destino colectivo de la sociedad...”17
Antes que nada es importante aclarar que la polarización social tiende a reproducirse en el sistema educativo por ello la diferencia en el rendimiento entre los estudiantes se corresponden con las diferencias de origen de clase. Los niveles de deserción y de repitencia están condicionados por el origen social de los estudiantes y por eso las clases populares se van quedando en el camino. Las desigualdades sociales existentes, la educación por si misma no las resuelve, pero además no resuelve las dificultades a la hora del aprendizaje, las diferencias de acceso a la alimentación, la vivienda, etc. condicionan el rendimiento escolar de nuestros alumnos. Por lo tanto, es inaceptable desde todo punto de vista que Tedesco pretenda darnos una cuota de responsabilidad por la pobreza y la exclusión social a la que están condenados nuestros alumnos en este sistema, cuando por otra parte es ese mismo gobierno el que permite que miles de chicos tengan que trabajar. No señor Ministro, no es posible romper ese maldito círculo vicioso desde las escuelas y mucho menos somos los docentes los responsables de hacerlo, por lo menos no desde donde usted nos lo propone, en todo caso romperemos ese círculo con el conjunto de los trabajadores destruyendo las bases económicas de esta sociedad.
En el último número de El Monitor nos informa “…que nuestros alumnos no están alcanzando resultados satisfactorios y que existen importantes desigualdades asociadas fundamentalmente al origen social y a las condiciones materiales de vida de las familias…” luego nos dice que “…si queremos garantizar el derecho a la educación de todos nuestros alumnos y alumnas, si queremos alcanzar el objetivo de una educación de calidad para todos, si queremos una escuela justa que prepare y anticipe una sociedad justa, no podemos ignorar ni subestimar la importancia de los resultados de aprendizaje de los alumnos, particularmente de los más pobres”18
No podemos hablar de igualdad de oportunidades educativas en una sociedad estructuralmente desigual. En esta sociedad estamos lejos de una educación de calidad para todos, y lo que nos plantean desde el gobierno es pura formalidad, por no decir cinismo, porque en esta sociedad “la gran mayoría de la población es separada de la cultura, de la gran acumulación de saberes que ha logrado la humanidad , frenando incluso el desarrollo de la ciencia y de la técnica”.19
Según Tedesco “Las estrategias actuales de política educativa han sido definidas en ese contexto. Por un lado, podemos mencionar las estrategias dirigidas a mejorar las condiciones materiales de vida de los alumnos, las condiciones de las escuelas y de los docentes: becas, construcción de nuevas escuelas, equipamiento científico, computadoras, textos y paritarias docentes son, entre otras, las políticas que se están aplicando desde hace ya varios años…”20
Si visitamos cualquier escuela del país nos encontraremos que esto es otro engaño más del gobierno. Los estudiantes secundarios toman las escuelas porque no tienen ni gas para encender estufas en los días de frío o porque les quieren sacar las pocas becas que hay. Los edificios están en condiciones deplorables. El salario básico de los trabajadores de la educación no alcanza ni siquiera los valores de la línea de pobreza, y sigue la lista...
Para finalizar, creemos que como docentes debemos dar una lucha feroz contra los explotadores de niños y sus cómplices, tenemos que movilizarnos junto con los estudiantes y los demás trabajadores contra el conjunto de las políticas educativas del gobierno, que sólo son un parche a las leyes menemistas. Pero también somos concientes que para romper hasta la última cadena que oprime a nuestros alumnos, que para brindar una educación de calidad a toda la población y al servicio de los trabajadores y del pueblo tenemos que socavar las bases económicas de esta sociedad y construir una nueva en donde los medios de producción ya no estén en manos de unos pocos explotadores, sino que pertenezcan a toda la población, y en donde seamos los trabajadores los que gobernemos nuestros propios destinos.
“¿Quién salvará a este chiquillo menor que un grano de avena? ¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena? Que salga del corazón de los hombres jornaleros, que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario